Quizá si hubiera adquirido esta barra de chocolate (Snickers) un día normal, la hubiera devuelto, ya que como pueden apreciar en la fotografía no tiene nada de caramelo. Se pueden notar las almendras mal puestas, apiñadas una sobre la otra sin ningún fluido viscoso que las envuelva de sabor. Pero, un domingo a las 7:00 a.m. luego de una buena tanda de chelas con los amigos y sin nada que ingerir en una bomba mediocre de la franquicia Esso, esta patética barra de chocolate puede parecer el paraíso, y de hecho así me sentí al comer esa basura y hacer de ella un bolo alimenticio matutino.
Me encanta la diversidad de las percepciones humanas. Como diría José Ortega y Gasset, "yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo". Célebre frase que puede sustentar infinitas acciones.
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