Cuando logras apartarte de todo aquello que distrae tu mente. Cuando consigues aislarte, aunque sea por un instante. Cuando escuchas tus pensamientos. Entonces puedes decir que estás contigo mismo. Es difícil hoy en día lograr ese estado. Quizás es el tesoro al que todos tenemos acceso, sin embargo ignoramos.
Hoy me he dado la oportunidad de suprimir ese ruido. He reflexionado por primera vez en meses. Una agradable sorpresa. ¿El medio? la furia. Me he dado cuenta de que muchas cosas no son tan importantes como parecen. Estoy extrañando muchas cosas, otras no tanto. Tengo mucho y a la vez tengo poco. Todavía falta. Como de costumbre... siempre queremos más. Me falta algo intenso, algo completo. Algo que me haga vibrar en mi interior.
Es bien complejo lo que pido, mas no imposible. Los días pasan y cada mañana me veo diferente. Más viejo, cambiado, a lo mejor desmejorado. La vida a veces se te va de las manos. Siento que estoy viviendo muy a prisa. Creo que a todos en algún momento de nuestras vidas nos pasa. La rutina, lo cotidiano, lo superfluo nos abruma.