Usualmente me gusta pensar, meditar, cuestionar, ponderar, dirimir, preguntar en la noche. Creo que el manto nocturno crea una atmósfera de lucidez (o por lo menos una ilusión estructurada de ella que hace que el escritor, sin ofender a aquellos verdaderos escritores, piense que lo que plasma vale la pena leerlo) excepcional, y más en aquellos momentos en que estás solo, quizá no tan solo, sino acompañado de tu mente, tus verdades, sentimientos, convicciones, dudas e irrefutablemente "tú".
Para aquellos observadores que intentarán comprobar lo que digo, tengo para decirles que en la noche escribo en mi mente, no de otra forma. "Ustedes" entienden a lo que me refiero.
1 comentario:
Ohhh Pero si Peynado tiene blog!!!!.....Po na, a leer esta vaina.
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